“La educación como práctica de dominación… al mantener la ingenuidad de los educandos, lo que pretende, dentro de su marco ideológico, es adoctrinarlos en el sentido de su acomodación al mundo de la opresión”
Paulo Freire
La situación del mundo y especialmente la crisis social que atraviesa Latinoamérica puede encontrar sus raíces en la implementación indiscriminada de políticas propias del modelo económico neoliberal el cual no es un modelo que haya existido siempre, aunque sus principios hayan sido planteados hace largo tiempo, luego de la revolución industrial. Específicamente en Latinoamérica este tubo su semilla en chile donde los economistas tuvieron campo libre con la dictadura de Pinochet, así con ayuda de Estados Unidos empieza a extenderse a lo largo de los años 70 y 80. Este modelo se caracteriza por que trasciende el campo financiero y permea todo el sistema social tocando ámbitos políticos, técnicos, ambientales y culturales. En este ultimo aspecto nos detendremos para situar la discusión en el papel que desempeña la educación, específicamente las instituciones educativas (escuelas, universidades, institutos…) que como vehiculo de culturización sin lugar a dudas han servido (no solo ahora sino históricamente) como herramienta para legitimar y reproducir el orden hegemónico que ha globalizado el sistema capitalista. Para lograr esto, se han llevado a cabo varias reformas que han desembocado en una nueva forma de ser de la educación, la cual ha formado lo que es el sujeto actual, la manera como este se relaciona y actúa en sociedad.
El argumento central que presentan los neoliberales es que los sistemas educativos son ineficientes, inequitativos y sus productos son de baja calidad , por ello se hace necesario que desde organismos internacionales principalmente el banco mundial y el fondo monetario internacional se realicen ciertas indicaciones (que al fin y al cabo se convierten en medidas obligatorias), esto con el fin principal de colocar a la educación dentro del libre mercado, el cual a su vez se encargaría de su regulación (mano invisible) lo que conllevaría, según los cultores del neoliberalismo, a crear un sistema educativo de excelente calidad, con una cobertura total, que compitiera internacionalmente, y en donde todos terminan ganando . Estas falacias han sido los mayores argumentos para que la educación publica de la cual se gozaba se fuera privatizando por diferentes medios, ya fuera de manera directa o por otro lado entregando las instituciones educativas a empresas privadas o cajas de compensación familiar, esta segunda muy popular en nuestro país.
Por otro lado es importante analizar como las prácticas que se viven diariamente dentro de las instituciones educativas han contribuido al sostenimiento de este sistema. Así se puede ver como los modelos curriculares actuales están totalmente inclinados a la conformación de un pensamiento técnico. Se debe entender que a partir de esto el conocimiento global de las cosas ya no es el propósito, lo importante es especializar al estudiante en una sola cosa, en especial un oficio en disciplinas donde la súper especialización del conocimiento es la característica fundamental. Y nada mas adecuado para el modelo, pues así el individuo especializado en su labor, o mas bien en la reproducción de esta (pues en Latinoamérica no es necesario crear ni recrear si no reproducir) sale a vender su mano de obra en un mundo laboral que menosprecia cada vez mas al trabajador, allí la vida esta al servicio de la muerte, es decir el hombre en función de la maquina, y el esclavo en función de su amo personificado en el dinero, ya el ideal de que el trabajo dignifique al hombre ha desaparecido.
En realidad, todos estos aspectos van ligados a la concepción de educación como mercancía, donde a cambio de un cheque se dan dosis de educación, así entre mas dinero se tenga se va a saciar la sed de conocimiento que no solo se aprende en la escuela, sino en lugares como teatros, museos y demás lugares reservados para clases privilegiadas, dejando a los oprimidos los aparatos ideológicos masivos que obviamente reproducen el modelo de sociedad que se impone. La transformación de la educación ya no como derecho si no como servicio va ligada a las transformaciones de las funciones del estado , pues este al lado de la sociedad se muestra por los neoliberales como uno de los culpables de la crisis en materia de educación, por tanto su función paternalista debe desaparecer, así los sistemas educativos deben auto sostenerse como en el caso de las universidades publicas cuyo objetivo de formación se desdibuja, cuando los estándares de calidad presionan o cuando tienen que vender servicios para sostenerse.
Por otro lado, es importante analizar el papel de los medios de comunicación en el proceso educativo, pues al hablar de educación se debe decir que esta no se limita a lo que se recibe en un espacio adecuado para ello sino que se trata de un proceso vital (se desarrolla a lo largo de la vida de los sujetos) por tanto permanente, que implica diversos aspectos tanto personales, sociales y culturales del hombre; se caracteriza por ser un acto libre, voluntario espontáneo, e intencional; su importancia radica en que por medio de ella se transmite la cultura de una sociedad. Así estos medios y sobre todo los masivos se han encargado de hipnotizar e instruir a la gente sobre el como deben actuar y vivir dentro del sistema, de manera indirecta pero no por ello no intencionada se transmiten modelos de conducta, pues “el poder moderno no esta fundado en la violencia física organizada si no en La manipulación ideológica-simbólica, en la organización del consentimiento, la interiorización de la represión” (Miguel Etchegoyen). La invitación principal es al consumo mostrando que la libertad del hombre consiste en elegir el tipo de ropa o accesorios que ha de utilizar. Al mismo tiempo se vehiculan tipos de comportamiento, valores y pensamientos que se reciben de manera generalizada y que no han sido construidos en la interacción si no que han sido impuestos por el poder del mercado y su afán de riqueza.
La culpa de esto siempre se le ha achacado al sistema educativo y a los maestros propiamente, por no generar autonomía en su labor, pero en realidad estos siempre han sido las victimas, su desprofesionalización les ha arrebatado su lugar de intelectuales responsables y los ha convertido en otro tipo de obreros con salarios de hambre, basta con dar una mirada al nuevo estatuto docente colombiano para darse cuenta que las condiciones de contratación son precarias y los beneficios anteriormente dispuestos han desaparecido además gran parte de su campo laboral ha sido despojado por diferentes profesionales que han ingresado al campo educativo bajo la llamada “cachucha pedagógica” .
Para concluir, se podría decir que la institución escolar históricamente se le ha encomendado la función de reproducir tipos de ideologías acordes al modelo de sociedad que se quiere formar, así se ha llegado a la constitución de cierto tipo de sujeto que sirva al sistema neoliberal, este es un sujeto o mas bien un objeto que con su debilidad mental es eficaz y eficiente a lo que le pide el mercado, es un sujeto que nace, consume, al mismo tiempo crece se reproduce y reproduce el modelo y muere, sin dejar huella en la historia. Este sujeto es un individuo acomodado a las exigencias del aparato productivo, se forma para este y recibe lo que este le da salarios de miseria, este sujeto no pregunta, no reflexiona, no ve mas allá de lo que le dan, además es un sujeto individualizado, solo piensa en lo que se le ha dicho que es su vida. Así en este mundo, en esta Latinoamérica plagada de injusticia y olvido, la gente desconoce cada vez mas la comunicación, se vive en una capsula de miedo y conformidad.
Con respecto a lo anterior muchos nos preguntamos, ante este panorama ¿que hacer? , será que ¿en realidad estamos determinados y este modelo inhumano se escapa de cualquier propuesta creadora que propicie el cambio? Muchos aun con el corazón inundado de esperanza vemos en la formación una salida, un arma que propicie el cambio, una trinchera de resistencia que le apuesta a una nueva sociedad, creemos en una educación subversiva que imagine y construya desde el reconocimiento de los otros un nuevo mundo. Parece una contradicción lo que decimos ahora luego de asegurar que las instituciones de enseñanza- aprendizaje han sido un instrumento de dominación, pero hay que partir de las contradicciones que el mismo sistema ofrece, pues aun los establecimientos educativos son centros socializadores, y el discurso del maestro aun puede corroer la mente de sus estudiantes. Además como maestros no solo tenemos la posibilidad de entrar a lo institucionalizado, hay mucho trabajo popular que realizar con aquellos excluidos que tienen mucho por que luchar. Igualmente obreros, campesinos, mujeres, niños, indígenas hoy trabajan por sus derechos y no les podemos dar la espalda, cuantiosos sectores han entendido que el poder se le ha arrebatado al pueblo y que este debe ser reivindicado, construido para arrancarle a una minoría el bienestar de todos, así la solución esta en construir lasos de solidaridad pues “cuando las arañas unen sus telas pueden matar a un león” (proverbio etíope) .
BIBLIOGRAFIA
• APPLE Michael w, educación y poder, Paidós, Madrid 1982.
• ENTRE REDES, Boletín de información popular # 2, bogota-Kennedy.
• FREIRE Paulo, pedagogía del oprimido, 16 edición, siglo XXI editores, Colombia, 1997.
• GENTILI Pablo, el consenso de Washington y la crisis de la educación en América Latina, Ediciones crear jugando, Bogota 1999.
• PUIGGROS Adriana, educación neoliberal y quiebre educativo, en: neoliberalismo mito y realidad, Bogotá 1999.
lunes, 18 de enero de 2010
jueves, 14 de enero de 2010
El mundo no es. El mundo está siendo.
“En el mundo de la Historia, de la cultura, de la política, compruebo, no para adaptarme, sino para cambiar” (Freire).
La contemporaneidad ha traído consigo una cantidad de elementos que no solo han contribuido a percibir el mundo desde distintas posibilidades culturales, sociales, políticas, en suma contextuales; sino que también ha estado acompañado de olvidos y sin memorias que a su vez han favorecido la perpetuación de errores, injusticias y crímenes contra los sujetos que han posibilitado una ilusión de cambio y transformación de la actual sociedad que si bien se ha mantenido de pie, no permanece inmune pues esta serie de masas transformadoras le han causado daño que en términos del Profesor Freire, acuñaré con el concepto, “han concienciado”.
Desde cada profesión u oficio que ejerza cada individuo se debe permitir una construcción permanente cara a totalizarse como sujeto activo y realmente transformador, teniendo como común denominador que la educación es la piedra angular de toda transformación proyectada, que es desde ahí, de donde parten todas las ideas revolucionarias que se magnifican en los sueños de quienes ven en el altruismo su esencia como ser, como sujeto. Apoyándonos desde este antecedente podemos afirmar que la entrega al otro es la clave para una cimentación solida de una nueva sociedad, porque el papel en el mundo de cada sujeto, cada maestro, médico, ingeniero, abogado, etc., como subjetividad curiosa, inteligente, interferentes en la objetividad con que dialécticamente se relaciona, no es solo de quien constata lo que ocurre sino también el de quien interviene como sujeto de ocurrencias. Esa intervención que desarrollamos debe tener como fin el concienciar a cada uno de los individuos a quienes ha permitido conocer su profesión u oficio; además recordar que indistintamente del proyecto con el cual nos comprometamos debemos partir de un saber fundamental: cambiar es difícil pero no imposible , y como maestros debe presentarse en un programa de acción político-pedagógica-social.
Ahora bien, enfocándome un poco en el trabajo del docente con los grupos populares, es de suma importancia no dejar en ningún momento de hacer una lectura y si es posible una relectura del contexto en que estos grupos se están desarrollando, pues es desde ahí en donde esa acción político-pedagógica-social de la que hablo anteriormente se planificará y se ejecutará. Un punto de vital relevancia es que no podemos hacernos ajenos u omitir el saber de estos grupos populares construida desde la experiencia que han vivido a lo largo de su participación en los mismos, pues seria negar toda sapiencia de la realidad que bien o mal han llegado a interpretar. Una conjugación lógica de, mi acción como docente y esa sapiencia construida por dichos grupos nos guiará a un pleno proceso de concienciación política, educativa y obviamente social de su entorno y de su posibilidad de transformación. Agregar además que esa conjugación de experiencias y saberes hace contingente un nuevo discurso social, que apoya y refuerza la tal anhelada transformación.
Complementando el compromiso profesional no solo del docente sino en general de todos quienes se han visto como protagonistas de las luchas en los grupos populares, es bueno insistir en la fortaleza que recíprocamente se están brindando tanto el profesional al grupo como éste al profesional transformador. El no olvidarnos de los discursos constituidos por ellos, nos hace más fraterna la lucha, pues ellos sentirán que no ha sido en vano esa visión sugerida por ellos, si me la permiten llamar empírica de las cuestiones político-sociales de su entorno. No creerán que esa falta epistemológicamente rigurosa que tienen ellos y tiende a no poseer el profesional hace equívoca su percepción. De igual forma esa rigurosidad sin la experiencia propia de quienes viven a diario en esos grupos populares no tendría la luz guía para desarrollar un proceso subversivo. Es otras palabras, lo que se pretende es dar a las masas las bases teóricas para una mayor organización y una mayor certeza en la lucha; Antonio Gramsci en su texto Necesidad de una preparación ideológica de la masas (1925), propone que para una mayor efectividad en las luchas los intelectuales revolucionarios deben convertir esa rebeldía de los grupos populares en una revolución ideológica a favor de ellos mismos. Paulo Freire en su libro Pedagogía de la Autonomía (1997) agrega que, “una de las cuestiones centrales que tenemos que trabajar es la de convertir las posturas rebeldes en posturas revolucionarias que nos involucren en el proceso radical de transformación del mundo” (pág. 77). Sin embargo, pienso que ese refuerzo que nos validan estos autores no debe inclinarse a favor de una ideología, sino propiamente hacia el beneficio del pueblo, que éste no tenga ningún rotulo que no sea propiamente ellos mismos, el pueblo. En este trabajo realizado por los grupos sociales hacia el conocimiento de sus derechos, de sus posibilidades como ciudadanos y sujetos activos en un país y sociedad debe ser motivado en un ciento por ciento por la historia de otros que como ellos han perseverado tras largas caídas, en el camino hacia deconstruir las estructuras sociales existentes; además estos anales lo que viabilizan es una construcción de sentido de esos sujetos contemporáneos que son protagonistas de estas luchas. Dichas construcciones de sentido son alimentadas por toda esa historicidad semiótica y semántica que han nacido tras los distintos momentos en los que la vox populi ha estado activa, y en donde sus análisis permiten una construcción de la lógica simbólica de la lucha y la resistencia actual, y su misma interpretación y apropiación por parte de los sujetos. Así mismo ese estudio de lo anteriormente nombrado, sugiere unas constituciones de prácticas simbólicas contemporáneas al momento actual, lo que compromete un arduo trabajo frente a las luchas de hoy en día. Además, no sobra decir que estas prácticas escriben un complemento o un nuevo camino en las distintas concepciones y formulaciones teóricas y empíricas de luchas sociales.
Antes de concluir, me gustaría hacer brevemente un comentario. Definitivamente es indispensable que el proyecto de transformación del mundo sea la constante en un sujeto revolucionario, que ésta sea su bandera en la praxis profesional, en su formación como sujeto y en la colaboración en la constitución de otros individuos que se proyectan como sujetos de igual manera revolucionarios.
En suma, todo profesional debe pensarse como un sujeto social, protagonista en la transformación de las estructuras sociales. De igual manera, sensibilizar que la educación es la mayor arma y medio para dicha transformación social. Las experiencias empíricas de los grupos populares, viabilizan y aterrizan las proyecciones epistemológicas de los profesionales que se hacen participes de ese cambio social y que dichas interpretaciones empíricas de dichos grupos deben estar complementados por esa rigurosidad académica de los profesionales. La historia es un elemento importante en las construcciones discursivas tanto simbólicas como semánticas de la luchas populares a lo largo de la misma, y que esos anales históricos han posibilitado nuevas ideas de luchas populares modernas y contemporáneas.
Joakin Rodríguez
Movimiento Subversivo Pedagógico
Educación para la Revolución!
La contemporaneidad ha traído consigo una cantidad de elementos que no solo han contribuido a percibir el mundo desde distintas posibilidades culturales, sociales, políticas, en suma contextuales; sino que también ha estado acompañado de olvidos y sin memorias que a su vez han favorecido la perpetuación de errores, injusticias y crímenes contra los sujetos que han posibilitado una ilusión de cambio y transformación de la actual sociedad que si bien se ha mantenido de pie, no permanece inmune pues esta serie de masas transformadoras le han causado daño que en términos del Profesor Freire, acuñaré con el concepto, “han concienciado”.
Desde cada profesión u oficio que ejerza cada individuo se debe permitir una construcción permanente cara a totalizarse como sujeto activo y realmente transformador, teniendo como común denominador que la educación es la piedra angular de toda transformación proyectada, que es desde ahí, de donde parten todas las ideas revolucionarias que se magnifican en los sueños de quienes ven en el altruismo su esencia como ser, como sujeto. Apoyándonos desde este antecedente podemos afirmar que la entrega al otro es la clave para una cimentación solida de una nueva sociedad, porque el papel en el mundo de cada sujeto, cada maestro, médico, ingeniero, abogado, etc., como subjetividad curiosa, inteligente, interferentes en la objetividad con que dialécticamente se relaciona, no es solo de quien constata lo que ocurre sino también el de quien interviene como sujeto de ocurrencias. Esa intervención que desarrollamos debe tener como fin el concienciar a cada uno de los individuos a quienes ha permitido conocer su profesión u oficio; además recordar que indistintamente del proyecto con el cual nos comprometamos debemos partir de un saber fundamental: cambiar es difícil pero no imposible , y como maestros debe presentarse en un programa de acción político-pedagógica-social.
Ahora bien, enfocándome un poco en el trabajo del docente con los grupos populares, es de suma importancia no dejar en ningún momento de hacer una lectura y si es posible una relectura del contexto en que estos grupos se están desarrollando, pues es desde ahí en donde esa acción político-pedagógica-social de la que hablo anteriormente se planificará y se ejecutará. Un punto de vital relevancia es que no podemos hacernos ajenos u omitir el saber de estos grupos populares construida desde la experiencia que han vivido a lo largo de su participación en los mismos, pues seria negar toda sapiencia de la realidad que bien o mal han llegado a interpretar. Una conjugación lógica de, mi acción como docente y esa sapiencia construida por dichos grupos nos guiará a un pleno proceso de concienciación política, educativa y obviamente social de su entorno y de su posibilidad de transformación. Agregar además que esa conjugación de experiencias y saberes hace contingente un nuevo discurso social, que apoya y refuerza la tal anhelada transformación.
Complementando el compromiso profesional no solo del docente sino en general de todos quienes se han visto como protagonistas de las luchas en los grupos populares, es bueno insistir en la fortaleza que recíprocamente se están brindando tanto el profesional al grupo como éste al profesional transformador. El no olvidarnos de los discursos constituidos por ellos, nos hace más fraterna la lucha, pues ellos sentirán que no ha sido en vano esa visión sugerida por ellos, si me la permiten llamar empírica de las cuestiones político-sociales de su entorno. No creerán que esa falta epistemológicamente rigurosa que tienen ellos y tiende a no poseer el profesional hace equívoca su percepción. De igual forma esa rigurosidad sin la experiencia propia de quienes viven a diario en esos grupos populares no tendría la luz guía para desarrollar un proceso subversivo. Es otras palabras, lo que se pretende es dar a las masas las bases teóricas para una mayor organización y una mayor certeza en la lucha; Antonio Gramsci en su texto Necesidad de una preparación ideológica de la masas (1925), propone que para una mayor efectividad en las luchas los intelectuales revolucionarios deben convertir esa rebeldía de los grupos populares en una revolución ideológica a favor de ellos mismos. Paulo Freire en su libro Pedagogía de la Autonomía (1997) agrega que, “una de las cuestiones centrales que tenemos que trabajar es la de convertir las posturas rebeldes en posturas revolucionarias que nos involucren en el proceso radical de transformación del mundo” (pág. 77). Sin embargo, pienso que ese refuerzo que nos validan estos autores no debe inclinarse a favor de una ideología, sino propiamente hacia el beneficio del pueblo, que éste no tenga ningún rotulo que no sea propiamente ellos mismos, el pueblo. En este trabajo realizado por los grupos sociales hacia el conocimiento de sus derechos, de sus posibilidades como ciudadanos y sujetos activos en un país y sociedad debe ser motivado en un ciento por ciento por la historia de otros que como ellos han perseverado tras largas caídas, en el camino hacia deconstruir las estructuras sociales existentes; además estos anales lo que viabilizan es una construcción de sentido de esos sujetos contemporáneos que son protagonistas de estas luchas. Dichas construcciones de sentido son alimentadas por toda esa historicidad semiótica y semántica que han nacido tras los distintos momentos en los que la vox populi ha estado activa, y en donde sus análisis permiten una construcción de la lógica simbólica de la lucha y la resistencia actual, y su misma interpretación y apropiación por parte de los sujetos. Así mismo ese estudio de lo anteriormente nombrado, sugiere unas constituciones de prácticas simbólicas contemporáneas al momento actual, lo que compromete un arduo trabajo frente a las luchas de hoy en día. Además, no sobra decir que estas prácticas escriben un complemento o un nuevo camino en las distintas concepciones y formulaciones teóricas y empíricas de luchas sociales.
Antes de concluir, me gustaría hacer brevemente un comentario. Definitivamente es indispensable que el proyecto de transformación del mundo sea la constante en un sujeto revolucionario, que ésta sea su bandera en la praxis profesional, en su formación como sujeto y en la colaboración en la constitución de otros individuos que se proyectan como sujetos de igual manera revolucionarios.
En suma, todo profesional debe pensarse como un sujeto social, protagonista en la transformación de las estructuras sociales. De igual manera, sensibilizar que la educación es la mayor arma y medio para dicha transformación social. Las experiencias empíricas de los grupos populares, viabilizan y aterrizan las proyecciones epistemológicas de los profesionales que se hacen participes de ese cambio social y que dichas interpretaciones empíricas de dichos grupos deben estar complementados por esa rigurosidad académica de los profesionales. La historia es un elemento importante en las construcciones discursivas tanto simbólicas como semánticas de la luchas populares a lo largo de la misma, y que esos anales históricos han posibilitado nuevas ideas de luchas populares modernas y contemporáneas.
Joakin Rodríguez
Movimiento Subversivo Pedagógico
Educación para la Revolución!
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