miércoles, 9 de diciembre de 2009

Manifiesto

MANIFIESTO DEL MOVIMIENTO SUBVERSIVO PEDAGOGICO


Para entender las condiciones del mundo actual es necesario estudiar y comprender la historia, y dentro de ésta, las relaciones sociales y de poder que se han dado en los distintos pueblos del mundo. Tomando en cuenta nuestro caso como latinoamericanos, se hace importante recordar como desde la llegada de los invasores en 1492, se inicio una imposición sobre nuestra cultura por medio del derramamiento de sangre, sometimiento que durante el transcurso de la historia y hasta el día de hoy sigue vigente bajo otras dinámicas y formas de dominación.

Sin embargo, el pueblo oprimido ha estado presente en una lucha constante por defender ideales como la dignidad, la libertad y la autonomía, que nos han sido arrebatados. Indígenas, campesinos, estudiantes, obreros, maestros, mujeres y hombres han luchado ejemplarmente, sacrificando incluso sus vidas para proteger y realizar los intereses populares. La voz y la acción de quienes han participado en estas luchas han sido fuertemente reprimidas y acalladas de diversas maneras por parte de los opresores, quienes siempre han sido una clase minoritaria cuyo poder ha sido alejado del pueblo a lo largo de la historia.

En este proceso histórico, a raíz de estas injusticias sociales y de la dificultad de hacer un verdadero cambio por vías pacificas y abiertas, se han conformado diversos movimientos que empiezan a contemplar otros medios para superar estas injusticias, trabajando organizadamente. Aunque se han querido ocultar, desconocer y desprestigiar todos estos sucesos, hoy continúan vigentes las luchas populares en sus distintas manifestaciones en el campo, la ciudad, la escuela, las fabricas, las universidades, y muchos más contextos que inmersos en un todo no dejan de soñar con una real justicia.

Teniendo en cuenta lo ya mencionado no es de extrañarnos la situación actual de nuestro país, plagada de represión de todo tipo y con una constante privatización de los derechos populares, bajo la lógica del imperialismo y el sistema neoliberal; dichas acciones están claramente respaldadas por el paramilitarismo que como se sabe ha permeado las esferas políticas. Si analizamos cuidadosamente este panorama no seria exagerado afirmar que vivimos bajo el orden de un Estado neofascista comandado hoy en día por Álvaro Uribe Vélez. Todo esto favorecido por la alineación que genera en la población los medios masivos de comunicación y la “cultura” del consumismo.

Sin embargo estos procesos no solo se han desarrollado durante el actual gobierno, ya que hace años el neoliberalismo se ha venido implantando como modelo político-económico, que implica un mayor desarrollo de la dinámica capitalista, la cual se basa en la acumulación de las riquezas de una minoría a costillas del empobrecimiento de la mayoría, pasando por encima incluso de derechos fundamentales como la vida, la educación y la salud, convirtiéndolos en una mercancía que no todos pueden adquirir de igual manera. Estas políticas obedecen no solo a los intereses de la burguesía de nuestro país, sino también al imperialismo y a instituciones que lo representan tales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial entre otros, que promueven mecanismos para fortalecer, por medio de la globalización, el mismo. Estos mecanismos en nuestro país se ven claramente reflejados en acuerdos, tratados y leyes como, el TLC, Planes Nacionales de Desarrollo, recortes a transferencias y Plan Colombia, por nombrar solo algunos que violan la autonomía del país, ya que generan una dependencia económica hacia los países imperialistas. Todo esto respaldado por los gobernantes de turno, que no son más que los agentes encargados de administrar los recursos y riquezas de la nación, en beneficio de la oligarquía y los “grandes” empresarios nacionales; así como también los intereses imperialistas.

Un factor adicional que perjudica al pueblo y respalda los mecanismos ya mencionados es el paramilitarismo, que ha surgido a raíz de la necesidad de los terratenientes, narcotraficantes, sectores privados de gran dominio económico y político, que ven en peligro su poder frente a las distintas formas de luchas populares que defienden intereses opuestos a los suyos, llámense guerrillas, sindicatos, estudiantes, indígenas, entre otros. Esto sumado a los crímenes de lesa humanidad que muchas veces se realizan con complicidad y apoyo de militares y gobernantes de nuestro país, así como de organismos extranjeros como la CIA de EEUU entre otros.

Una de las armas más efectivas para mantener en nuestro país este panorama y dominar al pueblo es la marginación educativa, que pretende perpetuar la hegemonía del poder de quienes han estado y están en éste para su propio beneficio. Esto evidenciado en la mala calidad educativa, la dificultad económica y social para ingresar y mantenerse en los distintos niveles de educación formal, y las diferencias de la educación impartida para las clases privilegiadas en relación con las clases populares, entre otras circunstancias, lo cual dificulta que nos demos cuenta de los crímenes y violaciones a las que somos sometidos y quiénes son los causantes de éstas, dándoles incluso nuestro apoyo y respaldo para que nos sigan oprimiendo. Bajo estas condiciones, el pueblo es adiestrado para ingresar a un sistema que da legitimidad a una esclavitud asalariada y que no da espacio para trabajar nuestras mentes y alcanzar un verdadero desarrollo humano. Esto en nuestros días se disfraza y refleja en el auge y la imposición de las llamadas carreras técnicas y tecnológicas, que fomentan una mayor división social del trabajo, convirtiendo a las personas en sujetos alienados y sumisos a todas las imposiciones que demanda el poder.

Tal es el punto de esta enajenación que se nos ha olvidado que la educación es un derecho y no un servicio, dándole a quienes nos gobiernan la autoridad para decidir por nosotros. Lo anterior se hace evidente si observamos la forma en que se imponen diferentes mecanismos por medios legales, que agudizan cada vez mas la crisis de la educación, tales como las reformas a los estatutos docentes, el decreto 230, las formas en que son organizadas las universidades publicas, la reducción de los recursos destinados para la educación, las formas de evaluación y de homogenización como el Icfes, Ecaes, pruebas saber y exámenes de admisión a universidades públicas que demuestran una vez más el interés de marginar a la población en general de este derecho. Todo esto ha deteriorado el pensamiento interpretativo y critico de las clases oprimidas, dificultando así las posibilidades de lograr cambios significativos y favorables al pueblo.

¿Pero qué hacer frente a la represión y sometimiento? Podríamos quedarnos callados y conformarnos con la miseria mientras otros disfrutan de lo que debería ser de todos; sin embargo es labor y compromiso de estudiantes, maestros y en general de toda la población luchar por una educación digna y de calidad para todos.

En tiempos en que la educación se está desfigurando y reduciendo a un concepto técnico de adiestramiento para generar más explotación e ignorancia ¿CUÁL ES EL FIN ULTIMO DEL HECHO EDUCATIVO? La educación debe ser dinámica, transformadora y liberadora, para que el pueblo unido reflexione y asuma su papel histórico, continúe la lucha que se ha gestado desde hace ya más de 500 años y avance en todas las formas de la misma posibles para subvertir el actual sistema; por lo cual el Movimiento Subversivo Pedagógico (MSP) considera importante y necesario destruir la ignorancia, la alienación y motivar un grado de lucidez en cada sujeto frente a las realidades sociales actuales, todo esto propuesto desde una pedagogía critica-subversiva y una lucha constante en las formas que sea necesario, para avanzar en los hechos que posibiliten nuestra emancipación definitiva mediante insurrección popular.

Por que la utopía no muere y es un hecho histórico que debemos alcanzar…

¡MOVIMIENTO SUBVERSIVO PEDAGOGICO!
¡EDUCACION PARA LA REVOLUCION!

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